Existen personas que disponen de un patrimonio que por la razón que sea no utilizan, y tampoco lo quieren alquilar.

En principio parece algo sencillo, lo mantienen normalmente como un seguro para la jubilación, para los hijos, o cualquier otra necesidad futura que puedan tener.

Lo que vamos a analizar son las repercusiones de tener un inmueble vacío, y el coste que ello supone.

1º.- Pago todos los meses de los gastos de Comunidad y posibles derramas: mejoras en zonas comunes, ITE, ascensor, etc. Si además hay calefacción central no individualizada, pago del importe repercutido según coeficiente.

2º.- Pago anual del IBI, que en grandes ciudades supone en elevado gasto que hay que sufragar.

3º.- Si tenemos algún suministro dado de alta, pago del mínimo facturable de gas, luz y agua.

4º.- Desgaste por desuso: es una realidad que los pisos vacíos que no tienen mantenimiento se degradan con el paso del tiempo, y si por el contrario lo mantenemos, es un coste añadido.

5º.- Sin rentabilidad: dejamos de percibir una posible renta que podríamos obtener por el inmueble, por lo que deja de ser un activo y pasa a ser un gasto recurrente.

6º.- Okupas: un piso vacío tarde o temprano acaba llamando la atención, sobre todo del movimiento okupa, que cada vez se está haciendo mas fuerte y está mejor organizado, con la posibilidad de que entren en nuestra propiedad, nos la destrocen, la usen sin ningún tipo de contraprestación a cambio, y tengamos que iniciar un procedimiento judicial de desalojo, con el consiguiente coste aparejado.

7º.- Peligros de la no vigilancia: que haya una inundación, un incendio, una plaga o cualquier otro accidente que no podemos atajar a tiempo porque no estamos en el inmueble, y que puede acabar en algo mucho mayor y mas problemático.

En definitiva, la renta que dejamos de percibir más los gastos inherentes al inmueble nos está costando entre un 7% y un 10% del precio del inmueble, con lo que lo único que conseguimos es perder este importe cada año que mantenemos esta situación, lo que multiplicado por los años que lo hayamos tenido vacío puede llegar a ser una cantidad muy importante que dejas de percibir si te mantienes en esta posición.

Y no hemos hablado de la parte moral: en un país en el que la falta de vivienda es un problema tan importante, que ocasiona precios al alza y la imposibilidad de muchos jóvenes de no poder independizarse, de familias que malviven en infraviviendas, y que el acceso a una vivienda digna es casi misión imposible, es una pena que haya propietarios que mantengan cautivos sus inmuebles y no tomen la decisión de alquilarlos o venderlos aportando bienestar por el interés general.

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