“Tengo un dinero ahorrado y me gustaría invertir, pero es la primera vez que lo hago y no sé cómo empezar.”

Esta es una cuestión recurrente que nos hacen en nuestra Inmobiliaria.

Cuando es una primera inversión lo que más atemoriza es el riesgo y ese miedo normalmente va acompañado de buscar alternativas conservadoras.

Antes de ponerse a ello, hay que hacerse algunas preguntas sobre cómo proceder, por ello hay que plantarse contestar a conceptos como:

  • ¿Qué busco con esa inversión? 
  • ¿Cuál es el motivo por el que quiero invertir?
  • ¿Busco un largo plazo?
  • ¿Qué rentabilidad busco?
  • ¿Qué riesgo estoy dispuesto a asumir?
  • ¿Cuánto dinero tengo que tener ahorrado?
  • ¿Hay que hacer un análisis previo?

Saber lo que se quiere conseguir es muy importante para acertar.

El riesgo es uno de los principales temores, especialmente entre los inversores noveles. Por este motivo, antes de lanzarse es conveniente evaluar qué riesgo tiene cada tipo de inversión y cuánto se puede y quiere asumir.

Cuando se piensa en inversiones, se tiene la idea de que se necesitan grandes cantidades de dinero. Pero no siempre es un requisito imprescindible. Por ejemplo, a la hora de realizar una primera inversión inmobiliaria se puede obtener beneficio con una cantidad de dinero reducida y a partir del dinero prestado.

Pero sin duda, analizar bien el mercado y entender lo mejor posible su funcionamiento y sus indicadores principales es clave antes de comenzar a invertir.

Invertir implica poner más cabeza que corazón, hay que evitar dejarse llevar por la atracción que pueden generar algunas propiedades y poner en la balanza aspectos como la rentabilidad, el entorno, etc. Cuando inviertes no va a ser tu vivienda y tienes que tener en cuenta sobre todo la rentabilidad.

Por otro lado y dependiendo del riesgo que se quiera asumir hay otro tipo de inversiones que antes de lanzarse a la “inmobiliaria” puedes comparar, como por ejemplo, fondos de inversión, criptomonedas, inversión a plazo fijo, etc…

Haz un cuadro con cada una de los tipos de inversión que puedes hacer y establece en cada una cuál es el grado de dificultad, cuál el riesgo, cuánta dedicación te va a suponer, y qué plazo de expectativa tienes.

Tradicionalmente, los inmuebles han sido una alternativa muy recurrente. Con este tipo de inversión, además de ponerlo en alquiler, también se puede obtener rentabilidad vendiéndolo pasado un tiempo.

Que la inversión inmobiliaria sea una opción tan considerada por los inversores desde hace años se debe a que tiene ventajas como un bajo riesgo que, al mismo tiempo, puede generar una rentabilidad interesante. Además, se trata de un bien tangible.

Pese a esto, hay que tener en cuenta que la rentabilidad a través de la puesta en alquiler del inmueble adquirido depende de diferentes factores, del momento en el que se encuentre el mercado o de si se encuentran inquilinos idóneos para el inmueble.

Otra opción interesante que suma nuevas ventajas, es comprar un inmueble ya alquilado, que se denominan inmuebles en rentabilidad.

Esta inversión da mayor seguridad, porque desde el primer momento se cuenta con una renta cuantificable y tangible, y desde el primer momento los inversores pueden disfrutar de las rentas del alquiler.

Así que, si estás pensando en invertir, pregúntanos y te haremos un estudio de lo que más te conviene.

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