En nuestro trabajo tenemos la suerte de conocer a muchas personas, todas interesantes con sus vidas y sus trabajos o aficiones, pero de vez en cuando nos sorprende alguna por su originalidad, y esto es lo que ha pasado hace unos días con Mónica Miranda, organizadora profesional de espacios ¿Casualidad o destino? Nos ha encantado, así que aquí os dejamos una entrevista que le hemos pedido, y que amablemente ha accedido a darnos:
¿Cómo se te ocurrió la idea de dedicarte a esta actividad?
Es una realidad que mucha gente en nuestra sociedad, tiene más objetos de los que puede manejar. Llevaba tiempo observando que esto causa frustración al sufrir el ruido mental de habitar un espacio abigarrado, habitar estancias poco funcionales, no encontrar lo que se busca, etc. La acumulación y el desorden de objetos es un problema habitual de hoy en día.
Por otro lado desde pequeña me ha apasionado el orden. Durante años he ordenado estancias para amigos: talleres, cocinas, armarios, etc. Ellos quedaban encantados, y yo también: convertir en poco tiempo un lugar caótico en un espacio funcional me hacía sentir muy bien.
Cuando supe que en España se empezaba a ofrecer este servicio de Organización Profesional de espacios, hice una formación sobre ello y me lancé a hacer de esta pasión, una profesión.
¿Qué tipo de servicios ofreces?
Son muy variados: organización y orden en armarios, trasteros, cocinas, viviendas enteras, talleres, etc., servicio pre y post-mudanza, clasificación, selección y descarte de objetos en espacios con acumulación, reubicación de muebles, aportación de trucos y cambios de hábitos para mantener el orden; cambio de uso de habitaciones, etc.
¿A quién van dirigidos tus servicios?
A cualquier persona que quiera mejorar el nivel de orden en sus cosas, que quiera recuperar el control de sus pertenencias: saber qué es lo que tiene y dónde está. Los clientes buscan mejorar la funcionalidad y la sensación de bienestar en sus espacios. Muchas veces me requieren en momentos de cambio vital: mudanzas, separaciones, defunciones, llegadas de un bebé, etc.
¿Qué tipo de trabajos son más gratificantes?
Para mí son los que incluyen aspectos emocionales. En las personas, el desorden exterior, además de provocar estrés, es en muchas ocasiones un reflejo de un desorden o bloqueo interior. Al empezar a ordenar su espacio y sus objetos, ocurre que la persona empieza a ordenar su mente y sus emociones. Ser testigo de esto es una experiencia muy gratificante.
¿Cuál suele ser la respuesta de tus clientes cuando terminas de hacerles un trabajo de este tipo?
Expresan satisfacción y agradecimiento. No solo por ganar funcionalidad en sus objetos y espacios, sino también por ganar bienestar en sus vidas al recuperar la sensación de control sobre sus cosas. El agradecimiento es mutuo: para mí tener la oportunidad de ver la evolución en paralelo, tanto del espacio como de la persona, resulta muy enriquecedor.
¿Qué tipo de dificultades te sueles encontrar?
Una dificultad es el apego que tienen muchas personas por los objetos que poseen, aun cuando no les aportan utilidad, belleza, ni significado, sino que les restan funcionalidad y calma. El habitual “me lo quedo por si…” puede ser un obstáculo en un principio. Otra dificultad es la resistencia a adquirir pequeños métodos para mantener el orden.
Es por tanto importante empatizar con la persona, para realizar el proceso al ritmo y nivel que pueda afrontar. En todo caso la capacidad de seleccionar y ordenar objetos es algo en lo que se avanza en poco tiempo: se ejercita como un músculo.
Eres arquitecta, ¿de qué forma ayuda esta formación a ejecutar este tipo de servicios?
Ayuda mucho dado que los arquitectos tenemos visión espacial y estamos familiarizados con la escala y medida de las cosas. Conformamos las estancias en un edificio para maximizar los beneficios que pueda aportar, tanto el continente como lo contenido. Lo de la organización de espacios es similar pero a otra escala. Organizar un edificio y un armario tiene procesos mentales comunes: clasificar por usos, facilitar el acceso, encontrar la mejor ubicación de las cosas, ganar espacio, etc.
¿Qué consejos darías a la gente para afrontar la organización de cualquier tipo de espacio?
Una buena cosa es disponer de suficientes elementos adecuados para el orden: carpetas clasificadoras, cajoneras, organizadores de cajones, cajas de cartón y transparentes, colgadores, etiquetas, etc. Y sobre todo: ¡usarlos! Otro consejo es tener una “bandeja de salida” donde situar de manera temporal lo que se vaya a donar, devolver, tirar o reciclar.
El método general que aplico para organizar objetos es:
- Clasificación de cosas por tipología o uso.
- Selección y descarte.
- Ubicación en un lugar lógico, y en el elemento de almacenaje óptimo, mostrando de una vez los elementos de una misma categoría, y con la ocupación mínima de espacio.
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