Las DANA (Depresiones Aisladas en Niveles Altos) son fenómenos meteorológicos cada vez más frecuentes en nuestro país, que pueden causar grandes estragos a nivel social y económico.

Estos fenómenos que por desgracia y debido al cambio climático cada vez son más frecuentes y virulentos , vienen acompañados de lluvias torrenciales, inundaciones y fuertes vientos, como ha ocurrido en la Comunidad Valenciana, que ha dejado miles de afectados, tanto en zonas urbanas y rurales vulnerables.

Con tristeza los que no hemos sido directamente afectados, nos planteamos como el resto de la Sociedad podemos ayudar ante estos cada vez más frecuentes fenómenos, y en concreto el sector inmobiliario.

Algunas de las formas en las que los inmobiliarios pueden contribuir a mitigar los efectos de la DANA y ayudar a las personas y comunidades a superar estos desastres pueden estar en nuestras manos.

1. Ayudar en la búsqueda de viviendas temporales:

Uno de los primeros problemas a los que se enfrentan las víctimas de una DANA es la pérdida de su hogar o la imposibilidad de regresar a él debido a los daños estructurales. Los inmobiliarios podemos actuar como intermediarios para ayudar a las personas a encontrar viviendas temporales, ya sea a través del alquiler de apartamentos o casas en zonas no afectadas.

De esta manera, se proporciona un espacio seguro para que las familias se recuperen mientras se gestionan las reparaciones de sus hogares o se buscan soluciones permanentes.

2. Colaborar con la reconstrucción y rehabilitación:

Una vez que las aguas se hayan retirado y los daños sean evaluados, los inmobiliarios podemos colaborar con las autoridades locales, empresas de construcción y otros actores del sector en la rehabilitación de las viviendas afectadas.

Esto no solo implica la reparación de los daños, sino también la implementación de medidas preventivas para minimizar los efectos de futuras DANA ofreciendo nuestra experiencia para asegurar que las nuevas construcciones o las reparaciones sean más resilientes, utilizando materiales más adecuados o modificando diseños para mejorar la resistencia de los edificios frente a fenómenos climáticos extremos.

3. Promover la educación sobre la prevención de riesgos:

El sector inmobiliario tiene un papel clave en la sensibilización sobre la importancia de construir y habitar de manera segura en áreas susceptibles de inundaciones y otros desastres naturales. Los agentes inmobiliarios pueden participar en programas educativos, tanto para los compradores como para los vendedores, sobre las mejores prácticas en la construcción en zonas de riesgo.

Esto incluye la necesidad de realizar estudios previos de impacto ambiental, la importancia de no construir en áreas inundables y las medidas de protección que pueden adoptarse en el diseño de edificios.

4. Donar recursos y ofrecer servicios a los afectados:

Otra manera de contribuir en tiempos de desastre es a través de acciones solidarias. Muchos inmobiliarios y agencias del sector estamos organizando colectas de ropa, alimentos, medicamentos y otros productos básicos para las personas afectadas.

Además, el sector está ofreciendo servicios de asesoramiento, que permita a las víctimas de la DANA resolver cuestiones relacionadas con el seguro de sus viviendas, la indemnización por los daños sufridos o la gestión de las ayudas públicas disponibles.

5. Crear proyectos de vivienda más sostenibles y resilientes:

A largo plazo, los inmobiliarios tenemos una responsabilidad en la construcción de viviendas y comunidades más resilientes ante desastres naturales. Esto implica adoptar criterios de sostenibilidad y prevención en el diseño de nuevos desarrollos inmobiliarios.

La implementación de tecnologías más eficientes y la utilización de materiales que aumenten la durabilidad y la resistencia frente a fenómenos climáticos extremos es una forma de garantizar que las futuras generaciones puedan vivir en entornos más seguros.

6. Fomentar la colaboración con entidades gubernamentales y ONGs:

El trabajo conjunto con entidades gubernamentales y organizaciones no lucrativas puede maximizar el impacto de las acciones del sector inmobiliario en tiempos de desastre. Los inmobiliarios pueden colaborar con las autoridades locales en la planificación urbana de zonas afectadas por la DANA, o en la creación de programas de ayuda económica o social para los afectados.

Además, las ONGs que operan en zonas de emergencia suelen estar en una posición ideal para coordinar el reparto de recursos y asistencia, y los inmobiliarios pueden contribuir facilitando infraestructuras o asesorando en la logística.

En fin, es un deber de la Sociedad unirnos en la búsqueda de soluciones y ayuda ante la magnitud de la devastación sufrida en esta Región.

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