Si eres propietario de una vivienda en alquiler y tus ingresos anuales superan los 1.600 euros, es obligatorio presentar la declaración de la renta. En tu declaración, deberás incluir esos ingresos como rendimientos de capital inmobiliario. Es importante cumplir con esta obligación tributaria para evitar posibles multas.

Si no declaras el alquiler, no podrás disfrutar de ninguna de las deducciones fiscales asociadas al mismo. Además, la falta de declaración puede resultar en sanciones para tanto el arrendador como el inquilino. Estas sanciones pueden implicar una multa que oscila entre un 50% y un 150% del importe no declarado, además de los intereses de demora correspondientes. Es fundamental cumplir con las obligaciones fiscales y realizar la declaración adecuada del alquiler para evitar sanciones y problemas legales.

¿Cómo detecta Hacienda si no declaras tu vivienda alquilada?

El sistema se basa en la información financiera proporcionada por las comunidades autónomas, así como en otras fuentes confiables como entidades bancarias y contratos de consumo energético.

Una forma común en que Hacienda puede detectar un alquiler no declarado es a través de los inquilinos, quienes pueden solicitar al propietario la documentación necesaria para incluir en su propia declaración de renta. Por ello, si eres propietario, es prudente y beneficioso declarar el alquiler. Hacerlo no solo te permite acceder a reducciones fiscales significativas, sino que también te protege legalmente y evita complicaciones futuras.

Si tienes un piso en alquiler, cuando llega el momento de hacer la declaración de la renta, es fundamental que no te olvides de incluir los ingresos que has obtenido por el alquiler.

Te contamos como hacerlo:

Alquilar tu piso implica declarar esos ingresos a Hacienda, pero siempre puedes deducir varios gastos que te ayudarán a pagar menos impuestos.

El proceso de declarar tu vivienda alquilada en la declaración de la renta implica varios pasos clave que debes seguir cuidadosamente para asegurarte de que estás cumpliendo con la ley y, al mismo tiempo, no estás pagando más de lo necesario.

Te explicamos los pasos que te recomendamos seguir:

Identifica la propiedad alquilada

Debes comenzar por identificar claramente la propiedad que estás alquilando en tu declaración. Esto incluye proporcionar detalles como la dirección y el uso que se le está dando (en este caso, alquiler).

Declara los ingresos obtenidos

El siguiente paso es declarar todos los ingresos que has obtenido por el alquiler de la propiedad. Esto no solo incluye el pago mensual del alquiler, sino también cualquier otro ingreso asociado, como podrían ser pagos por servicios adicionales.

Deduce los gastos permitidos

Aquí es donde puedes empezar a reducir la cantidad sobre la que pagarás impuestos. La ley te permite deducir varios gastos asociados al alquiler de la propiedad:

  • Gastos de mantenimiento y reparación.
  • Intereses de préstamos hipotecarios relacionados con la propiedad alquilada.
  • Impuestos y tasas municipales como el IBI, siempre que no hayan sido repercutidos al inquilino.
  • Gastos de gestión inmobiliaria, si los hubiera.
  • Aplica las reducciones aplicables.

Una vez deducidos los gastos, puedes aplicar una reducción del 60% sobre el rendimiento neto del alquiler, siempre que la vivienda se haya alquilado como residencia habitual.

Si es un alquiler temporal, para trabajo, para estudiantes o vacacional, los ingresos que obtengas se consideran como rendimiento del capital inmobiliario, es decir, ganancias que obtienes de tu propiedad.

En este caso la reducción del 60% no se puede aplicar. La razón es que este tipo de alquiler no se considera como una vivienda habitual para quien la alquila. No está cubriendo una necesidad de vivienda permanente, sino más bien una estancia temporal, como unas vacaciones.

Y de igual manera, para este trámite, debes de declarar dos períodos diferenciados de forma clara en el mismo año:

El período en el que está alquilada la vivienda: Cuando tienes una vivienda que alquilas solo por ciertos períodos y no durante todo el año, necesitas tener en cuenta cómo declarar los gastos asociados a esa propiedad. No todos los gastos de la vivienda se pueden deducir de manera íntegra, sino que deben ajustarse al tiempo que la vivienda ha estado realmente alquilada.

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