La realidad supera la ficción, un narcopiso habitado por un enfermo mental con esquizofrenia y que sufre de síndrome de Diógenes. Tenemos una Comunidad de propietarios en la que durante más de un año los vecinos llevan sufriendo por parte de un vecino en concreto un calvario. 

El vecino en cuestión, que reside en la planta baja con acceso desde un patio comunitario de paso, hace apropiación del espacio común, mediante la acumulación de todo tipo de enseres recogidos de la calle y en la basura y acumulados constantemente en el patio con la aparición de ratas y cucarachas.

-También ocasiona ruidos, chillidos y peleas diarias a cualquier hora tanto del día como de la noche, con su pareja.

-Tiene gatos sueltos que defecan por el vecindario a sus anchas.

-Profiere amenazas y coacciones al resto de los vecinos cuando le viene en gana.

-Tiene un enganche ilegal de luz, a las zonas comunes y amenaza y coacciona al vecindario cuando se lo intentan quitar.

-Ha roto la puerta de contadores, puerta del armario de protecciones eléctricas y puerta de acceso al portal de la comunidad, en varias ocasiones. 

-Ha realizado en el interior de su vivienda varias obras ilegales eliminando elementos estructurales, teniendo que entrar en la vivienda los bomberos para su apuntalamiento. 

-Se dedican a la venta de estupefacientes, lo que implica un trasiego de gente que entra y sale por las noches, con broncas y peleas. Lo que comúnmente llamamos un narcopiso. 

Y lo peor de todo: acumula bombonas de batano y su uso en una instalación que no está certificada por parte de dos personas con graves problemas psiquiátricos, de conducta y con antecedentes penales. Y por supuesto lleva años sin pagar ni los gastos ni las derramas de la Comunidad.

La Comunidad ha solicitado mediante múltiples denuncias a la policía y al Ayuntamiento, varias cuestiones

Que se desaloje a estas personas y se hagan cargo de ellas los servicios sociales de forma que la comunidad:

1) Pueda ejecutar las obras de refuerzo que necesita la vivienda.

2) Que pueda desalojar todos los enseres, muebles y basura del patio.

3) Desconectar la conexión ilegal de luz con la que están robando a todos los vecinos, y que podría ocasionar un incendio en el edificio.

4) Arreglar todos los desperfectos que han sido realizados por estos vecinos en la finca.

5) Que cese al tráfico ilegal de droga con la consiguiente gente que entra y sale del edificio.

Estas denuncias han tenido la siguiente respuesta por parte del Ayuntamiento de Madrid: 

En este caso el hecho denunciado obedece a un conflicto entre particulares que debe ser resuelto entre las partes; o bien ser objeto de demanda ante el órgano jurisdiccional competente.

Tampoco hemos tenido respuesta de las denuncias puestas en la policía, provocando una indefensión total al vecindario, el cual por supuesto ha puesto la pertinente demanda judicial que todos sabemos tardará años en resolverse. 

Debido a esta situación varios de los inquilinos del edificio han rescindido sus contratos de arrendamiento, no pudiendo volverse a alquilar.  Y el resto de los vecinos propietarios viven amedrentados, por lo que la convivencia en el edificio se ha vuelto insoportable. 

Lamentablemente estos casos solo son noticia cuando terminan con alguna desgracia, y mucho nos tememos que en esta finca acabará pasando algo que después todos lamentaremos, ya que la Comunidad de propietarios está indefensa ante estos hechos, y solo le queda acudir al juzgado, con los graves retrasos que sabemos que tiene en Madrid, una media de dos años y medio para obtener una sentencia. 

Supongo que tanto el Ayuntamiento de Madrid como la policía están para otras cosas más importantes para la ciudadanía.

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