La escasez y el encarecimiento de la vivienda es uno de los problemas sociales más relevantes en España. Comprar o alquilar se ha convertido en un desafío, especialmente para jóvenes y familias con ingresos medios. Para que exista suficiente vivienda asequible y adecuada, se requiere una combinación de medidas estructurales, legislativas y urbanísticas.

1. Incrementar la oferta de vivienda asequible

El principal cuello de botella es la falta de oferta en comparación con la demanda:

  • Vivienda protegida y pública: España tiene uno de los porcentajes más bajos de Europa en vivienda social en alquiler (apenas un 2 % frente al 30 % de Países Bajos o el 20 % de Austria). Haría falta un plan nacional sostenido para construir y mantener un parque público estable.
  • Rehabilitación y reutilización: existen viviendas vacías o en mal estado que podrían ponerse en el mercado mediante incentivos fiscales, ayudas a la rehabilitación o medidas que faciliten el alquiler seguro. 

2. Facilitar suelo y agilizar trámites urbanísticos

  • Liberar suelo urbano: los planes urbanísticos suelen ser lentos y complejos, lo que limita la construcción. Haría falta una mayor coordinación entre administraciones para agilizar procesos.
  • Densificación equilibrada: aprovechar solares infrautilizados, fomentar vivienda en altura en zonas bien comunicadas y apostar por la regeneración de barrios ya existentes en lugar de depender solo de nuevos desarrollos. 

3. Regular el mercado de alquiler sin desincentivar la oferta

  • Incentivos fiscales a propietarios que alquilen de forma estable y a precios razonables.
  • Seguridad jurídica: marcos claros que protejan tanto a arrendadores como a inquilinos. 
  • Políticas de contención en zonas tensionadas: herramientas como topes temporales de precios o contratos de larga duración pueden ayudar, siempre que se combinen con medidas para aumentar la oferta.

4. Movilizar la vivienda vacía

En España hay más de 3 millones de viviendas vacías según el INE. No todas son utilizables, pero parte de ellas podrían activarse con:

  • Bonificaciones fiscales a quienes alquilen.
  • Penalizaciones progresivas para la vivienda vacía de larga duración. 
  • Programas públicos de intermediación que garanticen el cobro de rentas a los propietarios. 

5. Fomentar la colaboración público-privada

El Estado por sí solo no puede cubrir la demanda. Sería necesario:

  • Convenios con promotores y cooperativas para destinar parte de las nuevas promociones a vivienda asequible. 
  • Fondos de inversión con reglas claras que aporten capital a gran escala sin expulsar al pequeño propietario.

6. Atender la dimensión demográfica y social

  • Acceso juvenil: políticas específicas de emancipación con ayudas directas al alquiler o avales públicos para la compra.
  • Adaptación al envejecimiento: viviendas accesibles y alternativas como el cohousing.
  • Descentralización: facilitar empleo e infraestructuras en ciudades medianas para aliviar la presión sobre Madrid y Barcelona.

Para que haya suficiente vivienda en España no basta con construir más: hay que garantizar que sea asequible, segura y adaptada a la diversidad social. Esto implica reforzar el parque público, movilizar vivienda vacía, agilizar la planificación urbana y equilibrar la regulación del mercado. La clave está en una estrategia sostenida en el tiempo, con consenso político y colaboración entre administraciones, empresas y ciudadanía.

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