Por: Vicente Beltrán

Uno de los errores más comunes y costosos para el vendedor es poner un precio muy alto a su propiedad, pensando que con ello conseguirán vender mejor. Todos queremos vender al mejor precio posible, pero perder de vista el Valor de Mercado, puede tener unas consecuencias muy desagradables.

Los precios excesivos a veces son consecuencia del afecto que tenemos a nuestras casas, que esperamos sin mucha lógica ser capaces de transmitir al comprador. En otras ocasiones los vendedores piensan que si ponen un precio alto, siempre habrá luego margen de negociación. La verdad es que poner un precio excesivo lo único que va a resultar en un precio final inferior al que obtendríamos si fijáramos un precio razonable en base a un estudio serio de mercado.
Resultados habituales del exceso de precio

Menos ojos verán tu oferta.- Al poner el precio equivocado de hecho estás cerrando el acceso a una serie de compradores potenciales que de otro modo estarían interesados en tu casa. La mayor parte de los compradores actuales miran primero en internet, y solo miran el rango de precios en el que piensan comprar. Rara vez van a mirar en el rango de precios superior, pensando en luego bajar.

Menos ofertas.- Todos sabemos qué precios hay en el Mercado. Hay gente a la que no le gusta regatear, y si ven un precio demasiado alto, seguramente ni irán a ver la casa. A otros les encanta hacer bajadas, y en los tiempos que corren ellos disfrutan haciendo ofertas bajísimas. Esos sí que visitarán y harán esas ofertas que a usted le indignarán, sin dares cuenta de que usted mismo les ha invitado a hacerlo al poner un precio demasiado alto.
Ayudarán a la competencia.- Los compradores se sienten rechazados por un precio elevado, y se sienten atraídos por un precio moderado. Al poner el precio, usted elige con quién compite. Si su precio es el más alto de todas las viviendas similares, usted estará ayudando a los demás vendedores, que comprarán encantados otras casas más baratas que la suya.

Su casa se quemará.- A veces pensamos que, si no vendemos, más adelante podremos bajar. La verdad es que los compradores no van a volver a preguntarle el precio, y que si ven que estaba más alto y ahora baja, si esperan más seguirá bajando. Mientras tanto usted se habrá perdido a los mejores clientes, que son los que se interesan de las cosas más recientes. El cliente típico necesita sentir urgencia, sentir que es algo nuevo y que muchos aún no conocen, y no se sentirán interesados por algo que lleva meses y meses en el mercado y muchos otros han rechazado antes. Estadísticamente, hoy las casas se venden en el primer mes… o tienen muchos problemas para venderse más tarde.

Cómo poner el precio adecuado

En el pasado los errores no se pagaban tan caros. La gente ponía un precio muy alto, y decía: “no tengo prisa”. En unos momentos en los que el mercado iba para arriba, tarde o temprano el precio acabaría llegando al que habíamos puesto, aunque fuera de forma caprichosa. Hoy no podemos poner el precio y sentarnos a esperar. Hoy tenemos que acertar desde el principio, y estar muy atento para ir corrigiendo el tiro en función de lo que nos diga el mercado.

El Valor de una propiedad no depende de sus sentimientos hacia la casa, ni de lo que le costó, ni de lo que se gastó en ella. El Valor de una propiedad la pone el mercado, al comprarla.

Para saber cuál es el valor de una casa, tenemos que imaginarnos cómo lo determinará ese comprador que vendrá a comprar con dinero en el bolsillo. Cuando usted compró su casa, miró y remiró todo lo que había a la venta, y compró lo que le pareció más interesante y en un precio razonable. Ese comprador va a actuar exactamente igual.

Afortunadamente, usted no tiene que ir por todo el mercado visitando todas las casas y viendo lo que pide cada uno. El precio más adecuado lo sabe el agente, que es el que está todo el tiempo viendo unas casas y otras.

Su agente le podrá decir cuál es el precio más razonable, pero recuerde que será el mercado el que tendrá la última palabra. Hoy día hay que actuar con sensatez, y hay que escuchar todo el tiempo al mercado. Lo mejor es que se ponga en manos de un agente de su confianza, que haga una intensa campaña de marketing de su propiedad. Su agente le debe mantener perfectamente informado, y usted tiene que ir tomando las decisiones de ir ajustando el precio siguiendo sus recomendaciones: si no tiene llamadas, tendrá que rebajar el precio notablemente, y si recibe llamadas y hasta visitas pero no tiene ofertas, también tendrá que bajar aunque algo menos. Es todo un proceso.

¿Su agente no se lo dijo?

En todas las profesiones hay profesionales mejores, y otros no tanto. A algunos les cuesta dar malas noticias, y no se atreven a decirle la verdad. Hay otros que piensan que más adelante será mejor momento para hacerlo, aunque usted ya haya perdido buenas oportunidades para entonces. A algunos no les gusta el compromiso de aceptar una exclusiva, y prefieren aceptar sus condiciones sin discutir, porque no piensan esforzarse mucho en la venta de su propiedad.

Elija el mejor agente

El mejor profesional no es el que le acepta un precio de venta más elevado. Él no comprará su casa. El mejor agente es el que hace un estudio de mercado, le asesora y le ayuda a decidir el mejor precio de venta, le presenta un buen plan de marketing de su vivienda, le mantiene informado de los resultados de la misma, y le ayuda a reajustar los precios cuando es necesario, de acuerdo con un plan previamente acordado con usted.

No elija nunca el agente que le representará en función del precio, o que no le pida la exclusiva, o que sus honorarios sean menores. Elíjalo solo teniendo en cuenta los compromisos de servicio que adquirirá con usted, porque lo que de verdad le ayudará a vender su propiedad, será la calidad de esos servicios.

 

Por: Vicente Beltrán

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